Hace ya dos años que llevo el pelo corto…. cambio que me encantó, además de que es muy cómodo. Cuando supe que mi peluquera estaba esperando guagüita me puse muy contenta y no me importó pensar que tendría que esperar su pre y post natal. Según yo, mi pelo “podía aguantar” más de un semestre sin cortármelo, ya que no suelo ir a la peluquería muy seguido.. De hecho pensé que sería un buen momento para dejar que crecieray llevarlo un poco más largo. Pero error, con el paso de las semanas mi corte empezó a perder la forma y el volumen, y comenzó a aparecer esa sensación de sentirme siempre igual, más fome y que me hace tomármelo con un pinche. Gran síntoma, al menos para mí, que indica que no estás contenta con tu pelo y que hay que hacer “algo al respecto”. Así es que comencé a ver qué iba a hacer, ya que mañosa soy con mi pelo y más si he tenido malas experiencias anteriores. Por ello, dejaría que alguien diferente tomara mi cabeza? Frente al espejo y con esa pregunta en mi cabeza, la respuesta llegó rápidamente: Sí, ya era demasiado necesario. Así es que comenzó mi búsqueda.
Mientras estaba en eso, fue que me acordé de haber visto y leído sobre las peluquerías orgánicas y ecológicas.. Así es que comencé a investigar lo que hay en Santiago, que no es mucho, por lo que la tarea no fue muy larga. Ahí se metió el bichito de saber más de esta tendencia, en qué consistía una peluquería orgánica, etc.
Dentro de las pocas que hay, hubo una que me dio confianza, ese feeling o no sé qué, mientras leía experiencias de otras chicas y veía su página web. Así fue como llegué a TQV (TE QUIERO VERDE). Ya decidida reservé una hora por internet, algo también poco usual en mí, debido a mi desconfianza con que la reserva de verdad no se realice o no llegue la información. Pero todo fuebien, ya que inmediatamente me llegó un correo de confirmación, e incluso un día antes de mi cita llegó otro que me pedía reconfirmar mi hora.
Hasta que llegó el día y desafortunadamente amanecí enferma, con algo de fiebre, pero había esperado tanto y estaba tan ansiosa que decidí ir de todas formas. Con algunos escalofríos es que llegué a una casa de dos pisos, no muy grande pero sí con mucho carácter. Lo primero que me recibió fue una puerta forrada en pasto sintético verde que me daba la bienvenida a TQV. Toqué el timbre y me abrió una chica muy cálida, con una gran sonrisa y quién además iba a ser mi peluquera ese día. Acto seguido me hizo pasar a una sala más pequeña, pero llena de detalles cálidos, que marcan la diferencia, haciéndote sentir cómoda y acogida, algo importante cuando te sientes como pollo de enferma. Llena de madera, con una pizarra con datos del mes de cómo cuidar tu pelo, flores y unos cómodos sillones, me hicieron relajarme, olvidarme de mis síntomas y entregarme en las manos de Daniela, quién para comenzar me ofreció un té a elección, para lo que me trajo una pequeña bandeja, con 6 pequeños potes con hierbas de diferentes sabores de tés. Luego de hacer mi selección, me trajeron una bandeja con mi tecitoque venía en una bolsa con un palo cruzado como cierre, y el que venía apoyado en la misma taza. Detalles que marcan una diferencia y que van haciendo que la entrega de tu pelo sea más fácil.
Ya sentada con mi té, comenzamos a hablar con Daniela, a quién le confesé que estaba ahí sentada por el postnatal de mi peluquera. Hablamos de mi pelo, de mis antiguos cortes, de alimentación, productos, lo orgánico, lo ecológico y un sinfín de cosas…hasta que decidimos cortar el pelo tipo melena a la altura de la pera, pero en la parte de la nuca más corto, siendo el atractivo del corte, el desnivel, ya que adelante sería más largo.
Ya decididas, Daniela comenzó el corte en seco, algo que también me sorprendió, pero que de acuerdo a su explicación podría ir viendo cómo actuaba el pelo con el corte y el volumen …algo que me pareció de lo más lógico. Tomándose todo el tiempo del mundo Daniela siguió cortando, amoldando y bajando el volumen. Entre medio de tips y conversaciones sobre la TQV, sobre esta iniciativa y lo que más me llamaba la atención … saber si de verdad “todo” era orgánico o ecológico. Lo que nos derivó en el tema de las tinturas, algo que también he hecho varias veces en mi pelo y sé que los productos que suelen usar son bastante fuertes y con mucho químico, pero que TQV lo realizan con productos libres de amoníaco, lo que además de cuidar el pelo, cuida el medio ambiente y evita ese olor tan tóxico típico de las tinturas. Me contó que también tienen henna, pero que claro ésta no sirve para las canas, ya que se va muy rápido con los lavados.
Luego de toda esta conversación, Daniela había terminado y ahora venía el lavado del pelo, para ver si el corte había quedado OK, …algo que me encanta puesto que me relaja demasiado que me masajeen la cabeza. Secado y ya estaba…lista! Ahora ya podía irme con toda esta experiencia nueva. Reconozco que tuve un par de días para que mi pelo se acostumbrara a su nuevo corte, pero me encantaron los resultados, ya que en definitiva es una experiencia tanto de sentidos como de físico. Gracias TQV y sobre todo Daniela, por el trabajo y disposición, ya cuentan con una nueva clienta.