El masaje shiroabhyanga más conocido como masaje champi, es originario de la India y es usado para conseguir el equilibrio emocional y el descanso mental; ya que otorga bienestar integral y actúa directamente en el sistema nervioso central. Este masaje ayurvédico se realiza en la parte alta de la espalda, hombros, cervicales, cara y cuero cabelludo, centrándose en esta última parte. De acuerdo al Ayurveda en la cabeza se encuentra una de las puertas del prana, conocida como Brahmand, que coincide con lo que conocemos como mollera (ubicada a unos ocho dedos por encima de las cejas).

Sus orígenes se remontan a los rituales de cuidado integral de la vida familiar de la India, lo que se transmitía de generación en generación, dentro de la valiosa tradición de masajes de esta cultura. En un comienzo, esta práctica fue desarrollada por las mujeres dentro de la rutina de cuidados cotidianos, con la intención de mantener sus cabellos hermosos y sanos, especialmente como una preparación al matrimonio, con el objetivo de estimular la salud, la belleza y la fertilidad. Sin embargo esta práctica no se mantiene solo dentro del hogar, sino que también es una costumbre regular entre los barberos y peluqueros, quienes lo comienzan a ofrecer como parte del servicio dentro del corte de pelo y afeitado, aunque con una mayor importancia en la estimulación y activación de la energía que al embellecimiento del cabello. Es aquí, donde comienza a popularizarse hasta traspasar las fronteras.

Este masaje es un tratamiento especial para migrañas, bruxismo, caída de cabello, calvicie, dolor de cabeza, dolores crónicos de cuello y hombros, insomnio, agotamiento visual y en general para cualquiera que quiera liberarse de la tensión y el estrés cotidiano. También es efectivo para tratar la pérdida de memoria, presión arterial alta y algunas enfermedades del sistema nervioso. De hecho el objetivo de este masaje es estimular los centros energéticos, para armonizar física, mental y emocionalmente. Además aumenta la circulación sanguínea y linfática de la cabeza, cuellos y hombros, contribuyendo a la eliminación de toxinas por vía venosa, liberando también las adhesiones en las fibras musculares que son las que causan dolor y nos impiden tener movilidad articular. Estimula el sistema inmunitario, para que nuestras defensas crezcan y aprendan a luchar contra la enfermedad. Pero también disminuye la inflamación de los tejidos, aliviando el dolor y reduciendo la sobrecarga en nuestros huesos. Libera los bloqueos emocionales, por lo que ayuda mucho a las personas que sufren problemas de ansiedad. El estrés emocional y los sentimientos reprimidos se liberan, dispersando el abatimiento e incluso el estado depresivo. Ayuda a equilibrar los puntos energéticos y armonizar los chakras.

Los masajes contribuyen a la desintoxicación del cuerpo, proporcionando nutrientes a los diferentes tejidos. Así, con la mente en calma y el cuerpo relajado, las funciones de los órganos internos también se regulan, y todo ello contribuye al bienestar general.

 

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