“Toda depresión asentada en la mente se elimina al sostener esta postura por 2 minutos o más”, señala Iyengar.

Esta semana les quiero hablar de Uttanasana, la cual es una postura, como la mayoría de las asanas con inclinación hacia delante, muy relajante y que ayuda a despejar la mente. Aquí la cabeza cuelga por debajo del corazón dejando que la sangre rica en oxigeno fluya al cerebro. Esto rejuvenece y revitaliza las células y proporciona a todo el cuerpo una carga rápida de oxígeno.

Se puede trabajar como una postura pasiva como activa. De forma pasiva sirve para iniciar una clase, o de descanso entre poses, de esta forma se alarga la columna de forma pasiva y la inversión de la cabeza y del tronco prepara la mente para la práctica. Y de forma más activa, podemos colocar las manos detrás de los talones o en el suelo a los costados de los pues. De esta forma presionamos las manos hacia delante o contra los talones permitiendo un mayor acercamiento del tronco a los muslos. Aquí el peso está en los metatarsos, así la gravedad ayuda en el estiramiento de la parte posterior del cuerpo. Con la actividad de la parte anterior de los cuádriceps se logra intensificar aún más el estiramiento de sus antagonistas: los isquiotibiales y los músculos de la parte posterior de las piernas.

Incluso si con los pies paralelos se presiona la raíz del dedo gordo contra el suelo, así los muslos rotan hacia adentro. Luego tratamos de separar los pies sin realmente moverlos, despierta los abductores (parte externa de los muslos). De esta forma se crea espacio en la articulación del sacro, permitiendo una profundización del pliegue del tronco sobre las piernas.

Dentro de sus beneficios, es conocida por calmar la mente, mejorar la digestión y estimular el hígado y riñones. Por eso debe ser practicada por quienes sufren trastornos intestinales, dolor de ovarios o de estómago. Alivia la gastritis, diabetes y estreñimiento. Fortalece los muslos y rodillas. Estira las caderas, pantorrillas, músculos de la espalda y músculos isquiotibiales. Regulariza los latidos del corazón. Libera del estrés, depresión leve, síntomas de la menopausia, ansiedad, fatiga, dolores de cabeza e insomnio. Se utiliza terapéuticamente para el asma, infertilidad, presión alta, osteoporosis y sinusitis.

Precauciones: si tienes alguna lesión en la espalda, debes tener mucho cuidado al practicar cualquier postura hacia delante. De hecho es recomendable que sólo llegues hasta la mitad de la postura, estirando la espalda apoyando las manos en las rodillas o muslos. Y si tienes presión baja, ten cuidado cuando subas hacia una postura erecta. Es preferible que subas lentamente, respirando, hasta llegar arriba.

 

 

 

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