Aceite de Rosa Mosqueta • La Jacinta

El aceite de rosa mosqueta de La Jacinta es un producto 100% puro y 100% natural, despigmentante y cicatrizante. Su rica composición le otorga diversas propiedades y beneficios que lo convierten en un potente regenerador versátil y multiuso.

Se trata de un aceite vegetal extraído de las semillas del fruto de un arbusto silvestre perteneciente a la familia de las rosas. Es originario de Europa Central, donde se cultiva, pero también se encuentra en África y en India. Fue introducido en Chile durante la conquista, que actualmente es el principal productor y exportador de aceite de rosa mosqueta.

Su composición contiene:
– Una fracción saponificable de ácidos grasos que está compuesta por casi un 80% de ácidos grasos esenciales insaturados (10-20% de ácido oleico, 40-50% de ácido linoleico u omega 6, 25-35% de ácido linolénico u omega 3).
– Y una fracción insaponificable rica en antioxidantes como vitaminas A (carotenos), C y E (tocoferoles). También contiene taninos, flavonoides y minerales.

El aceite de rosa mosqueta de La Jacinta ha sido prensado en frío, lo que significa que se extrae ejerciendo presión física y no calentándolo. Eso nos asegura que las propiedades siguen intactas y no se modifican ninguno de sus activos, tales como:

Regenerativas y antienvejecimiento
Varios estudios avalan la eficacia del poder regenerativo del aceite de rosa mosqueta sobre las capas superficiales y también profundas de la piel, así como su acción antienvejecimiento. Estas propiedades se deben, por un lado, a su alto porcentaje de ácidos grasos esenciales, como el linoleico y linolénico, componentes mayoritarios de las membranas celulares y que están directamente relacionados con la regeneración de tejidos y crecimiento de nuevas células. Y por otro, a su contenido en vitaminas A, C, E y flavonoides con una marcada acción antioxidante y nutritiva.
La sinergia única de elementos naturales que combaten los radicales libres ayuda a reducir eficazmente los signos del envejecimiento, como arrugas y líneas de expresión, mejorando la elasticidad, firmeza y suavidad de la piel.

Despigmentantes y cicatrizantes
Las mencionadas propiedades regenerativas le otorgan al aceite de rosa mosqueta su capacidad despigmentante y cicatrizante. Reduce el engrosamiento cutáneo propio de la cicatrización, así como también mejora la elasticidad y pigmentación de la piel cicatrizada, recuperando su aspecto, tono y suavidad. Reduce y atenúa cicatrices, manchas, heridas, quemaduras y estrías. Numerosos estudios demuestran que el uso del aceite de rosa mosqueta en cicatrices, ya sean profundas como las postoperatorias o más superficiales como las del acné, mejora el proceso de cicatrización.

Reafirmantes
Además de los efectos en las capas externas de la piel, el aceite de rosa mosqueta actúa también en las células de las capas más internas. Regula los fibroblastos y las células que producen colágeno, elastina, ácido hialurónico, que son las responsables de la firmeza y elasticidad de la piel.

Hidratantes, humectantes y emolientes
Debido a su naturaleza grasa, los aceites vegetales previenen la evaporación de agua a través de la piel. Los ácidos grasos esenciales que encontramos en el aceite de rosa mosqueta juegan un papel importante en la formación de ceramidas -los lípidos más importantes de la barrera epidérmica- y son esenciales para la estabilidad y funcionamiento de la piel como barrera protectora. Una piel con una barrera protectora cuidada previene la evaporación del agua de la piel y es una piel hidratada, sana, tersa y luminosa.

Antiinflamatorias
Se ha comprobado que reduce la inflamación y congestión de los tejidos.

Circulatorias
El aceite de rosa mosqueta acelera y regula el grado de microvascularización, es decir, mejora el flujo sanguíneo y la reposición de sustancias nutricionales de las zonas en las que se aplica.